Cómo trabajo online

Mantuve mi consultorio privado durante diez años en Alemania en la ciudad de Frankfurt, una ciudad muy internacional. Aunque más de la mitad de mis pacientes eran alemanes y el 70% de las terapias las desarrollaba en alemán, debido al rol de Frankfurt en en el contexto europeo, a que yo misma había nacido lejos de Alemania y a mi manejo de idiomas, una proporción muy importante de los pacientes que buscaban mis servicios venía desde lugares remotos (llegué a atender a personas de 65 nacionalidades diferentes). Muchas de las parejas y familias que recibí en terapia en Frankfurt eran binacionales.

Las largas ausencias de mis pacientes, por visitas a sus familias, los traslados temporales por motivos de negocios o laborales hicieron que desde 2007 me enfrentara una y otra vez la decisión de interrumpir abruptamente una terapia o intentar continuarla de manera remota, haciendo uso de la tecnología, ya disponible, de videoconferencia.

En 2017 fui yo quien decidió trasladerse a Chile, mi país natal, para una larga estadía que se ha ido haciendo definitiva. La mayor parte de los tratamientos y terapias en curso pudieron cerrarse antes de mi partida, pero era recomendable acompañar de manera remota algunos casos por algún tiempo más. Nuevamente aquí jugó un papel crucial la posibilidad de continuar las sesiones de manera remota.

Es así como la pandemia actual y la necesidad imperiosa de atender únicamente por videoconferencia a todos los pacientes, también a los que viven cerca, me ha sorprendido con suficiente experiencia en esta técnica y esta forma de mantener la relación terapéutica. Conozco muy bien, afortunadamente, tanto sus ventajas, como sus limitaciones y hoy en día puedo afirmar con soltura y responsabiliadad que no solo es posible continuar temporalmente de manera exitosa una terapia que se ha iniciado de manera presencial, sino que también es posible y válido realizarla desde un comienzo de manera remota.

Sin duda se trata de una técnica y un setting que no resultarán ser los más propicios en todos los casos y no a todas las personas les acomodará esta modalidad. Pero esa es una afirmación válida para cualquier técnica y forma de terapia. En los estudios que con análisis factorial intentan comparar la eficacia de distintos modelos, teorías y sistemas de psicoterapia, solo un factor es concluyentemente crucial para el éxito terapéutico: la relación entre el terapeuta y el paciente o cliente.

Si usted y yo logramos instalar una relación terapéutica sólida y contructiva, la distancia física y la virtualidad no constituirán ningún impedimento para nuestro trabajo.