Terapia de Pareja y Asesoría
Rara vez van a terapia de pareja o siquiera a asesoría psicológica las parejas que se sienten complicadas por pequeños problemas de comunicación o por dificultades que han surgido recientemente en su relación.
Por regla general, se trata de problemas que presionan muy fuertemente a la pareja (o que incluso llegan a cuestionar la continuación de su existencia) y que se vienen arrastrando desde hace ya largo tiempo. Sin embargo, en la mayoría de los casos hay un motivo o suceso actual, algún problema agudo y puntual que simplemente ya no se puede soslayar y que moviliza a la pareja a consultar a un terapeuta. Las parejas consultan generalmente porque sus repetidos intentos de conversar acerca de aquél problema actual, generalmente doloroso, parece causar una escalada aún peor. La pareja, sin quererlo, ahonda el problema en vez de resolverlo. Les resulta imposible comunicar contenidos acerca de los conflictos de fondo o simplemente las cuestiones sustantivas no se pueden comunicar porque no son conscientes. Se habla entonces de otra cosa, de algún otro contenido manifiesto, que a ratos le resulta a la propia pareja sorprendentemente nimio y por tanto les parece irracional que ese tema logre causar tanta disputa. Pero justamente son las cuestiones sustantivas inconscientes las que verdadeamente operan en la comunicación alterada, produciendo la escalada, a veces con dolorosos efectos del descontrol.
Los deseos y las expectativas de cada uno, las angustias y temores, las dudas y las desconfianzas, pero también la valoración, el aprecio y el reconocimiento, dejaron hace mucho tiempo de aparecer como contenidos de una comunicación clara, abierta y respetuosa. Los patrones comunicacionales que en cambio se instalaron en la dinámica de pareja motivan a que se prefiera no decir nada para no herir al otro, o bien decir cosas para herir al otro (y no para obtener claridad acerca de algún aspecto).
A veces se requieren varias sesiones en una terapia de pareja para lograr los cambios deseados. Pero no es raro que basten unas pocas sesiones de conversaciones tranquilas y moderadas dentro de los marcos de la asesoría para lograr grandes cambios en la dinámica de pareja.
¿Qué temas se trabajan usualmente en terapia de pareja?
Los más frecuentes son los siguientes:
- Repertorio conductual en situaciones de conflicto, pelea o controversia.
- Planes de vida futuros de la pareja e individuales.
- Aceptación de los diferentes hábitos, costumbres y preferencias individuales.
- Manejo de las expectativas.
- Sexualidad.
- Reglas implícitas o inconscientes que rigen la vida de pareja.
- Patrones comunicacionales.
- Interacción y concertación de las necesidades diferentes de cercanía o de distancia y definición de límites individuales.
- Poder, dependencia, jerarquía en la relación de pareja.
- Distribución de tareas y de roles.
- Patrones de relación provenientes de la familia de origen.
- Parejas y matrimonios anteriores, relaciones del pasado.
- Roles sexuales y de género.
- Discrepancias y conflictos en la educación de los hijos.
- Una decisión ya tomada de separación que se desea poner en práctica de un modo tal que evite situaciones muy dolorosas para uno o para ambos miembros de la pareja o para los hijos.
¿Y cuál es el rumbo o quién define el norte?
Valorar la “otredad” del otro, sentirla como una circunstancia enriquecedora y no como una deficiencia, es algo verdaderamente difícil en cualquier contexto de nuestra sociedad. Un mundo utópico en el que esto fuera posible tampoco sería completamente libre de conflictos, pero probablemente sería un mundo que sabría vivirlos de manera más constructiva, respetuosa y democrática.
Sin embargo, la pareja, debido a su naturaleza esencial, está más cerca que cualquier otro grupo social de aceptar al otro como un otro válido. De hecho, cuando se enamoraron al principio de su relación, el que el otro fuese diferente ejerció justamente un atractivo decisivo para que se formara la pareja. Esta valoración esencialmente positiva de la diferencia es algo que puede recuperarse.